Das Plattern des Regens gegen unser Fenster weckt mich schon kurz vor sechs. Ein Blick auf die Thermometer-App: 7 Grad. Gruselig. Zwei Stunden später und noch vor dem Frühstück haben wir entschieden, dass wir einfach noch einen Tag in Velden bleiben. Das Zimmer ist schön, der Blick auf den Wörthersee… Naja.
Zum Glück können wir den Raum behalten und entsprechend ruhig frühstücken. Es gibt bemerkenswert gute Rühr- und Spiegeleier, Marmeladen, Käse und Aufschnitte sind sogar mit ihren Produzenten versehen.
In der Zeit, in der wir uns gemütlich Bemmen schmieren, macht das Zimmermädchen auch schon unsere Bude klar. Ich kann in aller Ruhe mit meinen Waschfrauen-„Pflichten“ beginnen und das Zimmer entsprechend dekorieren.
Gegen halb zwölf klart es tatsächlich ein bisschen auf – wir stürzen aus dem Haus und gehen zwei Stunden am See spazieren. Tatsächlich sehen wir für einige Minuten etwas Sonne und passendes Blau am Himmel. Auf dem Weg zum Cap Wörth (sind nur ein paar Kilometer) kommen wir an zahlreichen, komplett leer wirkenden Hotels und sehr schönen Villen aus der Zeit der vorvergangenen Jahrhundertwende vorbei.
Bei Sonnenschein oder gar im Sommer muss hier die Hölle los sein, aber im Moment scharen sich nur ein paar Grauköpfe um die Büste von Roy Black, die direkt am See steht. Der Roy, der hat mit seinen Filmen viel für den Wörthersee getan. Da kann man ihn schon mal posthum in Bronze gießen…
Kaum sind wir wieder im Hotel, plattert es auch schon wieder.
Wir gucken uns mal auf booking und Google um, was wir wohl morgen machen werden. Die Großwetterlage ist eher mau, wird sich wohl erst Sonntag zum Guten wenden. Also stoppen wir bis dahin entweder in einer Stadt oder wettern am Meer ab. Sogar München wird in Erwägung gezogen. Aber Udine, Triest oder die slowenische Küste haben größere Chancen. Noch.
Den Nachmittag verbringen wir in aller Ruhe. Juan kümmern sich um den spanischen Part von andando, ich lese und gucke mich ein bisschen online um.
Gegen sechs, halb sieben meldet sich stechender Hunger. Wir werden uns bald auf die Socken machen. In aller Ruhe, versteht sich.
Velden, un día muy tranquilo al lado del Wörthersee
La lluvia golpeando contra la ventana de la habitación, nos despertó hoy a las 6 de la mañana. Birgit miró el termómetro: 7 grados, una mierda!
Dos horas más tarde, antes de ir a tomar el desayuno, decidimos que nos quedaríamos un día más en el hotel en Velden, la habitación es buena y tiene linda vista al lago, el tiempo en la costa del Mar Adriático no está bien y mejorará en los próximos días, no tenemos apuro. Por suerte nuestra habitación no estaba vendida y pudimos quedarnos. El desayuno con huevos revueltos, mermelada, quesos y fiambres estuvo muy bueno.
Cerca de las once y media el cielo empezó a aclarar algo y no llovía. Aprovechamos y salimos dar una caminata al borde del lago hasta Cap Wörth. En las dos horas que duró pudimos ver muchos hoteles señoriales y Villas de principios del 1900, cerradas o prácticamente vacías ien esta época. El tiempo estaba algo mejor y se veían algunas manchas azules en el cielo. En verano aquí está lleno de visitantes hoy solo algunos jubilados y cabezas grises como yo😊. Alguno de ellos se sacan fotos junto con la estatua de un tal Roy Black, que en Alemania y Austria es muy famoso todavía. Era un cantante y actor, algo así como un Julio Iglesias alemán, que trabajó en una serie que se filmó y trataba siempre alrededor de este lago y murió a fines de los ochenta o principios de los noventa, yo ya vivía en Alemania y me acuerdo que fue una catástrofe nacional, ya que era muy querido y se murió joven.
Apenas volvimos al hotel empezamos a planear un poco los próximos días y hacia dónde iríamos mañana. El tiempo va a seguir malo hasta el domingo. Como la costa del Mar Adriático hay que hacerla con buen tiempo, pensamos que un stop en alguna ciudad sería lo más conveniente. Como idea tuvimos hasta München, que está a solo 250 km., pero luego Udine y Trieste nos pareció más interesante.
La tarde la pasamos tranquilos en el hotel, Birgit leyendo o en internet y yo tratando de escribir andando en español. A las seis y media o siete, empezamos a sentir hambre y pronto saldremos, pero muy tranquilos😊.