Hanoi modern

Uns war natürlich immer klar, dass es jenseits der Altstadt von Hanoi noch etwas Neueres geben muss. Interessanterweise ist auf jedem touristischen Stadtplan der alte Kern ausgelobt, über den Rand hinaus vielleicht gerade noch mal des Ho Chi Minh Mausoleum.

Wir machen uns heute früh bei recht angenehmen Temperaturen um die 30 Grad zunächst einmal auf den Weg zum Temple of Literature, der ersten in Vietnam gegründeten Universität, in der es noch Bauwerke gibt, die über 1000 Jahre alt sind. Grober, grober Fehler: Jeder Bus mit Studienreisenden hält hier, Heerscharen aus aller Welt fallen ein. Lassen sich vor der Tür absetzen, rennen mit ihrem Guide einmal übers Gelände („I always take quick photos“), haken ihre To-do-Liste ab und eilen zurück in den klimatisierten Bus. Nächster Stop: French Quarter. Gut, gut, wir sind ein bisschen angenervt über den Trubel, weil wir im Gegensatz zu den Gruppen den weiten Weg natürlich gelaufen sind.

 

Apropos gelaufen: die zahlreichen Backpacker hier in Hanoi sind fast ausnahmslos nur in den Abendstunden zu sehen. In den Kneipen. Im richtigen Leben sieht man sie weniger, an den Kulturstätten schon mal überhaupt nicht. Ok, jeder, wie er mag… Uns gefällt es auch außerhalb der Altstadt gut: breite Bürgersteige, auf denen man sogar nebeneinander gehen kann, Verkehrsteilnehmer, die die Ampeln respektieren und manchmal sogar uns Fußgänger – der moderne Teil von Hanoi ist eine andere Welt. Aber leider können wir mit dieser heute kaum etwas anfangen. Onkel Hos Mausoleum wird restauriert, das Museum ist geschlossen, der Präsidentenpalast von einem Bauzaun umgeben. Zäune gibt es hier ebenso viele wie Botschaften: Alle hermetisch abgeschlossen von der Außenwelt, nur massive, A3-kleine Messingtafeln weisen auf die Bewohner der Embassy-Festungen hin.

Was es zu unserer Überraschung nicht oder nur sehr selten gibt, sind Restaurants oder Cafés. Aber dafür sehr viele offizielle Gebäude, Ministerien, nehmen wir einmal an: Im Gegensatz zu Peking verzichtet man in Hanoi darauf, uns doofen Ausländern auf englisch mitzuteilen, was sich in welchem Gebäude befindet. Und die drei Stadtpläne, die wir abwechselnd wälzen, geben auch keinerlei Aufschluss. Wir sind einfach weiter pausenlos auf den Beinen, bis wir – wieder in der Altstadt – einen Laden für eine Pause finden. Die Füße brauchen Ruhe… Das Lotus-Restaurant ist schlecht, das Bier warm, die Stimmung kühl. Dass im Hotel das Zimmer noch nicht gemacht wurde, macht sie nicht besser.

Auf dem Programm für heute ist auch nichts mehr los: Wie packen nachher unseren Kram, gehen erst zum Tschüssagen zum Neuseeländer, dann früh ins Bett. Morgen fahren wir früh mit dem Zug nach Süden: Hue! Endlich mal mit 300 000 Einwohnetn ein kleinerer Ort. Von den gigantischen Städten haben wir erstmal genug. Mein Schönstes wäre ein Tag am Strand mit einem Buch. Kommt alles noch!

Hanoi en los alrededores de la ciudad vieja

Hoy voy a escribir un poco rápido mi versión sin copiarme mucho de la versión profesional de Birgit. Mi estilo es un poco más aburrido y no tan profesional pero espero interesante, Birgit me llama ya el nuevo Hemingway.
En la mayoría de los planos turísticos de los hoteles, se destaca solamente el núcleo con la vieja parte de Hanoi y los alrededores muy poco, salvó el monumento a Ho Chi Minh.
Con 30 grados salimos caminando con la intención de visitar un edificio viejo de la universidad con construcciones de más de 1000 años, cuando llegamos ya vemos varios buses con turistas en grupos, que en ese momento también llegaban, entramos y miramos un poco, pero los turistas eran tantos que ni siquiera una linda foto podíamos tomar.  De la misma forma que entramos volvimos a salir.
La mayoría de los backpacker ( mochileros ) caminan en la noche por la vieja ciudad o están en los bares,  aquí no se los ve prácticamente. Cada uno con su plan, a nosotros nos gusta también los alrededores. Anchas veredas, donde uno puede caminar uno al lado del otro y no sólo en fila india, semáforos que se respetan e inclusive a veces hasta los peatones.
Pero por más que caminemos, mucho no podemos ver, el mausoleo de Ho Chi Minh esta cerrado y parte del parque también, una pagoda muy pequeña construida solamente sobre una columna se puede visitar, pero también está en reparaciones y tiene restos de materiales y cercos alrededor, el resto son edificios donde se encuentran la mayoría de las embajadas todos con cercos de pared y vigilancia, donde sólo una placa de bronce informa a que país pertenece. También hay muchos edificios del gobierno inclusive el palacio presidencial, pero con la diferencia de China, aquí no le informan en inglés a los turistas tontos, de que edificio en especial se trata.
Seguimos caminando y extrñamos restaurantes,bares o cafés en esa zona, por lo tanto decidimos volver a la zona vieja. En el restaurante Loto hacemos una pausa, la comida es mala y la cerveza está caliente, volvemos al hotel y la habitación no está terminada todavía, el ánimo está por el piso 🙁
Decidimos ese día no hacer más nada, preparamos un poco nuestro equipaje y a la noche le decimos tschüss a nuestro bar del neozelandés. Mañana viajamos con el tren a Hue, por fin una ciudad de sólo 300.000 habitantes, una ciudad no tan grande. Estamos un poco cansados de ciudades grandes. Birgit sueña con leer un libro en una playa tranquila y eso vendrá en los próximos días,… esperamos 🙂

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