Guangzhou für Herumtreiber

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Der „Hungshua Aquatic Product Market“ in der Altstadt ist ein echtes Highlight in Guangzhou und nicht unbedingt etwas für empfindliche Nasen. Hier, direkt am Pearl River, gibt es alles, was das Meer zu bieten hat.

 

Wir holen uns in Minuten nasse Füße, was aber bei Temperaturen um 30 Grad egal ist. Was für Krustentiere es gibt! Fische, Meeresschnecken… Natürlich gibt es auch einen Superlativ: Der größte Markt dieser Art Asiens. Das meiste Getier haben wir noch nie gesehen und auch keine Ahnung, was man damit machen könnte. Aber den Kantonesen sagt man ja nach, sie würden sowieso alles essen. Hier können sie aus dem Vollen schöpfen. Wenn gerade keine Kundschaft in Sicht ist, beschäftigt sich hier jeder auf der Stelle mit seinem Smartphone. Junge, Alte, Arme, Reiche – vor dem online-Gott sind sie alle gleich…

 

Aus dem Gewühl des Fischmarkts sind wir nur wenige Schritte weiter direkt in einer ganz anderen Welt gelandet. Der Welt der kolonialen Vergangenheit Guangzhous.

Shamian Island war im 18. und 19. Jahrhundert der einzige Ort in China, an dem westliche Kaufleute ihre Lagerhäuser und Fabriken errichten durften. Den teilten sich Engländer und Franzosen. Einige Bauten aus jener Zeit sind erhalten, andere liebevoll restauriert. Eine Oase für Touristen aus aller Welt. Neueren Datums ist das elegante « White Swan » Hôtel, in dessen Antiquitätenboutique man Geschnitztes aus Elfenbein durchaus für eine Million kaufen kann. Euro!

Auf dieser kleinen Insel befindet sich auch das « Victory Hotel », ein Traditionshaus aus dem 19. Jahrhundert, in dem wir mal gewohnt haben. Wir sind inzwischen ganz froh, dass es für diesen Besuch ausgebucht war. Vom alten Glanz ist nicht viel übrig geblieben. Der alte Prunk blättert und modert vor sich hin.

Quasi nebenan kann man die gute, alte Zeit aber noch hautnah erleben: im « Orient Express », einem originalen Speisewagen dieses illustren Zugs, der mitsamt Schienen in einen üppig blühenden Garten transportiert worden ist.

Wir speisen hier nicht, wir wandern weiter. Und zwar auf den – Tag des Superlativs? – größten Markt für Kräuter, insbesondere medizinische Kräuterlein. Weltweit, heißt es. Auf dem Qingping Market geht uns dann ähnlich wie bei den Meerestieren: Was mag es sein, das hier in großen Mengen verscherbelt wird? 95 Prozent des Angebots haben wir noch nie gesehen…

Neben den Kräutern und allerlei Getrocknetem gibt es auf diesem Markt auch jede Menge Kleintiere: Schildkröten, Piepmätze, Kaninchen. Und Hunde. Putzige Welpen neben winzigen Kätzchen. Nein, nein, sie sind nicht für den Wok, sondern zum Liebhaben. Allerdings knickt das Herz des mitteleuropäischen Tierfreundes schon ein, wenn man sieht, wie die Tierchen hier gehalten werden.

Es ist so heiss, dass wir im Holiday Inn in Sichtweite des Marktes eine Pause machen und ein Carlsberg trinken. Das ist um ein Mehrfaches teurer als alles, was wir gerade auf den Märkten gesehen haben.

Dann macht uns die Hitze blöde: Wir springen in ein Taxi und lassen uns zum Zoo fahren. Weil es dort zwei Riesenpandas gibt. Lernen wir denn gar nichts? Als wüssten wir nicht, dass uns Tierparks traurig, fast depressiv stimmten! Der drittgrößte Chinas macht da überhaupt keinen Unterschied! Auf 42 Hektar Land, umgeben von Autobahnen und endlosem Gehupe, leben hier Tiger, Löwen, Elefanten, Giraffen – insgesamt über 450 Arten. Die Gehege sind klein, die Schutzgläser versifft – fürchterlich. Ein Flusspferd stürzt sind in ein vielleicht 20 Quadratmeter großes Planschbecken. Zu klein, um sich das Leben zu nehmen. Und dann die beiden Giant Pandas. Sie hocken auf Laminatboden oder ähnlichem Mist dicht aneinander gedrängt in einem Eckchen. Ein tragischer Anblick! Kein Wunder, dass sie keine Lust auf Reproduktion haben.

Wir sehen zu, dass wir den Zoo auf Nimmerwiedersehen verlassen. Es ist mal wieder Zeit, die Füße hochzulegen…

 

El „Hungshua Aquatic Product Market“ en el casco antiguo de Guangzhou es un verdadero punto culminante y no necesariamente algo para narices sensibles. Aquí, directamente en el río Pearl, hay todo lo que el mar tiene para ofrecer.
Se nos mojaran los pies en minutos, de tantos que limpian con sus mangueras, pero eso no importa a temperaturas de alrededor de 30 grados. ¡Qué crustáceos hay! Pescados, caracoles de mar… Es el mayor mercado de este tipo en Asia. Nunca hemos visto a la mayoría de los animales y no tenemos ni idea qué hacer con ellos. Pero se dice que los cantoneses se comen todo de todos modos. Cuando no hay clientes a la vista, todo el mundo está ocupado con su smartphone en el acto. Jóvenes, viejos, pobres, ricos – ante el Dios en línea son todos iguales….

Después de recorrer este ajetreado mundo del pescado llegamos a un mundo completamente diferente y a pocos pasos de allí. El mundo del pasado colonial de Guangzhou.

En los siglos XVIII y XIX, la isla de Shamian era el único lugar en China donde los comerciantes occidentales podían construir sus almacenes y fábricas. Fue compartido por los ingleses y los franceses. Algunos de los edificios de esta época se han conservado, otros han sido restaurados con mucho cariño. Un oasis para turistas de todo el mundo. Más reciente es el elegante hotel „White Swan“, donde se pueden comprar tallas de marfil por un millón de Euro en su boutique de antigüedades.

En esta pequeña isla se encuentra también el “ Victory Hotel „, una casa tradicional del siglo XIX en la que vivimos en otro viaje. Para este viaje, estamos muy contentos de que estuviera todo reservado, ya no es tan bueno y no queda mucho del antiguo esplendor., está muy descuidado.

Casi al lado de ese hotel hay un restaurante que se llama „Orient Express“, un original vagón restaurante de este ilustre tren, que ha sido transportado junto con los rieles a un exuberante y florido jardín.

No vamos a cenar aquí, vamos a seguir caminando hasta el mayor mercado de hierbas, especialmente hierbas medicinales. En todo el mundo conocido. En el mercado de Qingping sentimos lo mismo que con los animales marinos: ¿Qué puede ser lo que se vende aquí en grandes cantidades? Nunca hemos visto el 95 por ciento de todos estos productos ofrecidos ….

Además de las hierbas y todo tipo de alimentos secos, también hay muchos animales pequeños en este mercado: tortugas, pájaros , conejos y perros. Cachorros lindos junto a gatitos pequeños. No, no, no son para la cacerola, son para amar. Sin embargo, el corazón del amante de estos animales en Europa Central ya se quiebra cuando ve cómo se los mantienen aquí enjaulados.

Hace tanto calor que nos tomamos un descanso y tomamos una cerveza Carlsberg en el Holiday Inn a la vista del mercado. Esto salió varias veces más caro que todo lo que acabamos de ver en los mercados.

Después el calor nos vuelve estúpidos: nos subimos a un taxi y nos dejamos llevar al zoológico. Porque hay dos pandas gigantes allí. ¿No aprendemos más? Como si no supiéramos que los zoológicos nos ponen triste, casi deprimidos! El tercero más grande de China no hace ninguna diferencia en absoluto! Tigres, leones, elefantes y jirafas viven aquí en 42 hectáreas de tierra, rodeados de autopistas y bocinazos interminables – un total de más de 450 especies. Los recintos son pequeños, los vidrios protectores están sucios – terrible. Un hipopótamo en una piscina infantil de unos 20 metros cuadrados. Y luego los dos pandas gigantes. Se acuclillan sobre pisos laminados o estiércol cerca uno del otro en una esquina. ¡Una visión trágica! No me extraña que no tengan ganas de reproducirse

Buscamos la salida del zoológico que no queremos ver más. Es hora de volver a poner los pies un poco en alto….

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