Transsib 2018 – Abschied von Novosibirsk

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Texto en español🇦🇷
Was ist hier los in Novosibirsk? Plötzlich ist der Frühling wieder ausgebrochen, knallblauer Himmel, 15 Grad, kaum Wind. Wir wollen eigentlich mit zwei Bussen, die wir pi mal Daumen ausgeguckt haben, zur Alexander-Nevskij-Kathedrale fahren. Aber bei dem Wetterchen? Und nach einem Crêpe mit sibirischem Honig zum Frühstück? Also wieder zu Fuss durch die weite Welt…

Man muss in dieser Stadt höllisch aufpassen, dass man sich nicht die Beine oder gleich das Genick bricht. Überall lauern Schlaglöcher, Untiefen, sinnlose Stufen, abgesägte Rohre. Und wenn man über eine der acht- bis zehnspurigen Strassen muss, sollte man besser nicht trödeln. An den Ampeln werden die Sekunden der Grünphase runtergezählt, darauf sollte man genau achtgeben.

Es gibt ein paar Nebenstrassen und Parks, die wir noch nicht kennen, also nehmen wir diesen Weg. Zum Glück ist die Stadt relativ eben, das Geklettere über Treppen und Steigungen halten sich also in Grenzen. Trotzdem ist es anstrengend und wir sind ziemlich matt, als wir an der Ende des 19. Jahrhundert gebauten, backsteinernen Kathedrale ankommen. Da sehen wir schon von weitem mehrere schwarze Limousinen und muskulöse Männer mit kaltem Blick, die auf irgendeine Delegation aufpassen. Der wird gerade episch erklärt, wie dieses erste Steingebäude in Novosibirsk entstanden ist. Stein für Stein müssen sie über sich ergehen lassen. Trotzdem schlängeln wir uns natürlich vorbei und in die russisch-orthodoxe Kirche. Sie ist eine Baustelle… Gerüste, die Kuppel mit Holz verhauen, und Fotos darf man auch nicht machen. Da wird sich die Delegation aber freuen!

Schlendern wir also vorbei am Denkmal für Zar und Zarewitsch an den Ob. Schlendern ist gut: Was auf der Karte nach wenigen Metern aussieht, ist wieder mal ein recht weiter Weg. Aber das Wetter ist ja so schön. Wir landen auf einer gut ausgebauten, offenbar neuen Promenade direkt am Strom. Sie beginnt an einem dieser technischen Meisterwerke, einer Eisenbahnbrücke über den breiten Fluss. Ein paar Kinder üben skate boarding, eine recht hübsche Frau ist auf Skates unterwegs, verfolgt von einer Handvoll Hund. Zu komisch, natürlich ein Foto. Die Lady dreht bei und schnappt sich das Tölchen. Oh, oh, gibt es Ärger wegen des Fotos? Genau das Gegenteil ist der Fall. Sie inszeniert sich und das zarte Fellknäuel, lässt alles fein fotografieren, drückt sogar Juan ihren Schatz in den Arm. Wir kichern und lachen zusammen, murmeln etwas, jeder in seiner Sprache, dann ziehen wir weiter. Es muss noch einmal gesagt werden: Nach unserer Erfahrung sind die Russen ein wirklich freundliches Volk.

Es reicht aber eigentlich mit der Lauferei, deshalb suchen wir einen Bus Richtung Bahnhof. Das ist nicht so einfach. Kann es sein, dass hier eine grossartige Promenade gebaut, der Anschluss ans öffentliche Verkehrsnetz aber nicht vorgesehen wurde? Es scheint so.

Also wieder auf die Strasse. Die erste Haltestelle ist auch gleich die falsche; besser versuchen wir es bei der Kathedrale. Da sind wir in Sicherheit und bei inzwischen 16 Grad auch hübsch durchgeschwitzt. Die Zwiebel Jacke, Hoodie, T-shirt – zu viel.

Wenigstens finden wir Platz im Bus. Am Lenin-Denkmal müssen wir umsteigen, fragen einen Jungen, der sicher noch keine 20 ist, nach dem Weg. Er sprich ein bisschen Englisch, was die Sache erleichtert. Kaum um die Ecke, da ist derselbe Junge plötzlich an unserer Seite. Sascha. Studiert in Novosibirsk Wirtschaftswissenschaften und stammt aus einem Dorf in der Nähe von Irkutsk. Ob er uns ein bisschen begleiten und englisch mit uns sprechen dürfe? Er darf. Sein Problem: Er würde gern ein Auslandssemester irgendwo in Europa absolvieren, braucht dafür aber Englisch Level B2. In der Schule hat er die Sprache nicht gelernt, büffelt jetzt an der Uni bei einem russischen Prof, dessen Englisch eher fragwürdig ist. Schwierige Situation, denn er muss unbedingt die Prüfung schaffen. Anders als in St. Petersburg oder Moskau verschlägt es an den Ob auch kaum einen Touristen oder anderen Englisch sprechenden Menschen. Die ausländisxhen Studenten an der Uni kommen meist aus den umliegenden Ländern, denn die Vorlesungen werden ausnahmslos in Russisch gehalten. Also guckt er mit einer Freundin untertitelte Filme, um überhaupt etwas aufzuschnappen. Der Weg ins Hotel ist kurzweilig. Wir verabschiden uns von Sascha vor einem Supermarkt, wünschen uns gegenseitig Glück und winken noch einmal. Ein Brot, ein Glas Nescafé und ein Stück Käse weiter sind wir wieder im Hotel..

Ausruhen, nachher noch kurz etwas essen und die Klamotten zusammenpacken. Unser Zug geht zu einer wirklich unchristlichen Zeit, um 1:41. Gestern Nacht habe ich gehört, wie er pünktlich losfuhr. Heute werden wir seinen Nachfolger um ein Uhr auf dem grössten Bahnhof an der transsibirischen Eisenbahnstrecke erwarten. Und dann langsam aus Novosibirsk und hoffentlich in den Schlaf rollen…

 

¿Qué está pasando en Novosibirsk? De repente, la primavera estalló de nuevo, un cielo azul brillante, 15 grados, casi sin viento. En realidad, queremos ir a Catedral Alexander-Nevski con dos autobuses, ¿pero con este tiempo? ¿Y después de un crepe de miel siberiana para desayunar? Mejor de nuevo a pie por el mundo….

En esta ciudad hay que tener cuidado de no romperse las piernas o el cuello. Baches, escalones inútiles, pedazos de tuberías cortadas que sobresalen del piso, acechan en todas partes. Y si tienes que cruzar una de las avenidas de varios carriles, es mejor no distraerse. En los semáforos se cuentan los segundos de la fase verde.

Hay una avenida y un parque, más adelante, que aún no conocemos, así que tomamos esa avenida. Afortunadamente, la ciudad es relativamente plana, por lo que la subida de escaleras y pendientes es limitada. Sin embargo, es agotador llegar hasta la catedral de ladrillos construida a finales del siglo XIX. Desde lejos podemos ver varias limusinas negras y hombres musculosos con ojos fríos, que vigilan a alguna delegación. Un guía les está explicando los detalles históricos de la construcción de este edificio en Novosibirsk. Nosotros nos adelantamos y entramos en la Catedral Ortodoxa Rusa. Adentro es realmente una obra en construcción, llena de andamios y la cúpula desde abajo, donde normalmente hay frescos, está tapada. Veremos qué opina la delegación de funcionarios que está afuera, cuando vean eso.

De ahí nos vamos a pasear por el monumento al Zar y Zarewitsch en el Ob. Vamos por un camino largo y encontramos un paseo marítimo bien desarrollado, aparentemente nuevo, directamente sobre el río. Comienza en una de estas obras maestras de la técnica, un puente ferroviario sobre el ancho río. Unos pocos niños están practicando skate boarding, una mujer bonita está en patines, seguida de un pequeño perrito. Demasiado gracioso, por supuesto le sacamos fotos. La señora se gira y agarra el juguete. Oh, oh, ¿hay algún problema porque le tomamos fotos, pensamos? Todo lo contrario, se pone en pose ella misma, agarrando a la tierna bola de pelo, después se acerca, incluso pone su tesoro en los brazos de Juan. Nos reímos y reímos juntos, murmuramos algo, cada uno en su propio idioma, y luego seguimos adelante. Hay que decirlo de nuevo: Según nuestra experiencia, los rusos son un pueblo verdaderamente amistoso.

Ya caminamos lo suficiente, así que estamos buscando un autobús a la estación de tren. No es tan simple. ¿Podría ser que aquí se construyó un magnífico paseo marítimo, pero no se planificó la conexión con la red de transporte público? Eso parece.

Nuevamente caminar mucho. La primera parada que encontramos es la equivocada; mejor probamos en la catedral. Allí hay más seguridad de encontrar algo, con 16 grados mientras tanto también bastante sudorosos, con tanta ropa vestidos estilo cebolla.

Al menos hay sitio para sentarnos en el autobús. En el monumento a Lenin tenemos que cambiar de bus, le preguntamos por el camino a un chico, que ciertamente no tiene todavía 20 años. Habla un poco de inglés, lo que hace las cosas más fáciles. Nos dice que lo mejor es caminar desde allí hasta la estación. Doblando en la esquina hacemos 200 metros y el mismo chico está de repente a nuestro lado. Sasha se llama, estudió economía en Novosibirsk y viene de un pueb lo cerca de Irkutsk. Me pregunto si podría acompañarnos un poco y hablar inglés con nosotros. Por supuesto, le decimos. Su problema: Le gustaría hacer un semestre en el extranjero en algún lugar de Europa, pero necesita un nivel de inglés B2. No aprendió el idioma en la escuela, ahora aprende en la universidad con un profesor ruso cuyo inglés es bastante cuestionable. Situación difícil, porque tiene que aprobar el examen. A diferencia de San Petersburgo o Moscú, aquí no hay turistas u otras personas de habla inglesa, para poder practicar. Los estudiantes extranjeros de la universidad proceden en su mayoría de los países vecinos, ya que todas las clases se imparten en ruso. Así es, que ve películas subtituladas con su novia para aprender algo más. El camino al hotel es entretenido. Nos despedimos de Sascha delante de un supermercado, nos deseamos suerte y volvemos a saludarnos. Una barra de pan, un frasco de Nescafé y un trozo de queso y de vuelta en el hotel….

Descansar esa tarde, comer algo después y empacar la ropa. Nuestro tren sale a una hora muy poco cristiana, alrededor de la 1:41 a.m. Anoche lo escuché salir a tiempo. Hoy esperamos a su sucesor, a la una en punto en la estación más grande de la línea ferroviaria transiberiana. Y luego, lentamente desde Novosibirsk a Irkutsk, con suerte poder dormir bien….

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