Grenzenlos zwischen North Carolina und Tennessee

 

Richtig gut in Asheville geschlafen! Nach einem kleinen Frühstück und ersten Fallstudien – Wie kann man so viel auf einen Teller laden? – sind wir gegen halb neun schon downtown. Die Stadt hat ein paar schöne Artdeco-Bauten, ist aber eigentlich nicht wirklich erwähnenswert.

Als alter Freund von Karl May zieht es mich zur Indian Reservation der Cherokee. Am Fuß der Blauen Berge haben ungefähr 7000 der amerikanischen Ureinwohner einen Urlaubsort geschaffen. Am Eingang zu den Smoky Mountains gibt es dadurch ein Kasino, Lodges, Hotels, Shops mit indianischen und chinesischen Souvenirs, was zu essen, Mokassins – und viele Besucher.

Wirft man einen kleinen Blick in die Geschichte der Cherokee, erfährt man: Als die Pioniere kamen, fanden sie sie großartig und kopierten den westlichen Lebensstil 1:1. Sie bauten Häuser, wurden Handwerker, kleideten sich wie die Siedler und hielten wie sie sogar Sklaven (das wusste Karl May bestimmt nicht!) … Bis die Siedler das gesamte Land für sich haben wollten. Die Cherokee klagten und bekamen Recht, wurden aber dennoch nach Oklahoma zwangsumgesiedelt: Die Weißen ignorierten nicht nur angestammte Rechte, sie ignorierten sogar die Urteile ihrer Mtbürger. The Trail of tears… Tausende starben, bevor sie in ihrem Reservat ankamen. Einige Hundert hatten sich der Umsiedlung durch Flucht in die Smoky Mountains entzogen und sich später wieder in dieser Ecke North Carolinas und Tennessees niedergelassen. Daraus wurde dann unter anderem diese Stadt, die den Namen des Stammes trägt und mit eigenen Gesetzen die Friedenspfeife mit den Touristen raucht.

Von Letzteren gibt es reichlich: Mit 10 Millionen Besuchern pro Jahr ist der Smoky Mountain National Park der beliebteste und meistbesuchte der USA. Auch jetzt ist es recht voll. Umso verblüffter sind wir, als wir gleich am Eingang Hirsche treffen. Fünf Stück, zum Greifen nah. Sie laufen gemütlich am Straßenrand entlang, die Autos halten, um die Tiere nicht zu stören.

Ungefähr 60 Kilometer lang ist die Straße durch den Park, der höchste Pass, der gleichzeitig die Grenzlinie zwischen North Carolina und Tennessee bildet, liegt auf 1600 Metern Höhe. Wir genießen die Natur, halten vergeblich Ausschau nach Bären, sehen ein paar Adler und ein dusselige Eichhörnchen. Endstation ist Gatlinburg.
Früher eine Trappersiedkung, mutierte dieser Ort zu einem so kitschigen Touriflecken inkl. King Kong an einem nachgebauten New Yorker Wolkenkratzer, dass es einen graut, schnell weg, noch einen Atemzug vor der Titanic und ihrem verderblichen Eisberg. Bei 25, 27 Grad und strahlend blauem Himmel wird das Szenario noch unwirklicher…

Wir erholen uns in einem Outlet Shopping Center, das so groß wie eine Kleinstadt ist. Das Tanger Center ist gut besucht, wir kaufen ein Kleid bei Ralph Lauren, einen Pulli, eine Hose für Juan… Die USA sind teuer geworden, nicht nur wegen des Dollarkurses, sondern wegen kräftig gestiegener Preise und Steuern.

Haben wir gestern noch im Schatten einer CVS, also einer Apotheke, gepicknickt, fahren wir heute zum Broteschmieren hinter einen Tacoladen. Danach soll es nach Süden Richtung Chattanooga gehen, tut es aber nicht. Ich fürchte, ich war zu blöde, unser Navi richtig zu instruieren. Das Ende vom Lied: Knoxville. Da wollten wir überhaupt nie hin. So gucken wir uns einen Moment um, überqueren dann den wirklich mächtigen Tennessee River und trollen uns ein Stück Interstate, bevor wir wieder auf der Landstraße landen. Hier ist nun vom Glanz der großen Städte nichts, nichts mehr zu finden. Farmland, viele Kühe, viele Autos, keine lebenden Menschen auf der Straße oder in den Gärten. Langsam ist es halb sieben. Kein Motel in der Nähe, deshalb verlassen wir den Tennessee wieder und machen uns auf nach Athens, TN. Wieder mal amerikanische Bilderbuch-Provinz. Statt ins Super-8 checken wir diesmal ins Days Inn ein, das sich Eismaschine und Gebäude mit Super 8 teilt. Die Lady hinter der Rezeption ist fix und fertig: ihr Nachbar ist seit Freitag abgängig. Zu Fuß los, einfach verschwunden… Weil wir so nett plaudern bekommen wir jeden möglichen Rabatt. Zimmer alt und riesengroß. Direkt vor der Tür parkt ein Ungetüm aus Louisiana: Ein von einem Truck gezogenes Wohnmobil. Als ich vom Eisholen komme, treffe ich den Besitzer, einen jungen Typen mit einem Baby auf dem Arm. Nein, leben würden sie nicht in der Riesenkiste, nur Urlaub machen. Sein Dialekt ist für mich nicht so leicht zu verstehen, tiefster Süden…

Gegenüber von unserem Motel gibt es ein Applebee’s: unser Dinner! Steak & Ribs & Bier. What a day! Sogar einem leibhaftigen Cowboy hoch zu Ross sind wir begegnet! Morgen werden wir wohl noch tiefer eintauchen in das Leben der Hillbillies, der Cowboys, der Renegades… Im Fernsehen lassen Sie sich gerade über Giftschlangen auf, zum Beispiel die Klapperschlange, die rund um Chattanooga zuhause sind. Wo fahren wir morgen noch hin? Genau…

Sin fronteras entre North Carolina y Tennessee

En Asheville dormimos bien. Luego de un desayuno liviano, a las 8:30 estábamos ya, en el centro de la ciudad. La ciudad tiene un par de edificios en estilo Artdeco, pero el resto no es muy interesante.
Viajamos en dirección de los Smoky Mountains hasta una pequeña ciudad llamada Cherokee, al pie de las mismas montañas. Cerca de 7000 descendientes de los indios que le dieron el nombre a la ciudad, lograron allí hacer un centro turístico. Tienen un Casino, Lodges, Hoteles, Shops, donde se venden souvenirs, comida y hay muchos turistas.
Miramos un poco la historia de los Cherokees y notamos, que al principio, con la llegada de los primeros inmigrantes blancos los copiaron en muchas cosas, hicieron casas y practicaron oficios parecidos y hasta tuvieron esclavos. Luego los blancos quisieron sus tierras y ellos pidieron derecho ante jueces y lo obtuvieron, pero igualmente fueron deportados hacia Oklahoma contra sus derechos y deseos. Los blancos ignoraron completamente el derecho natural de los Cherokees , sino también el propio derecho de ellos mismos.
En el The Trail of tears (el sendero de lagrimas, así llamado) miles murieron antes de llegar a sus reservas, otros se escaparon de la deportación entrando en los Smoky Mountais y formaron nuevos territorios propios en North Carolina y Tennessee. De ahí con el tiempo surgió esta ciudad que lleva el nombre de esta tribu y que con sus propias leyes fumo y fuma la pipa de La Paz con los turistas. Por supuesto que de su propia cultura no a quedado nada, más allá de un par de figuras y souvenirs, la mayoría hechos en China y el irónico orgullo de tener un monumento o mausoleo en homenaje a los caídos de su tribu, en las guerras mundiales, Corea y Vietnam.

El Smoky Mountains National Park, con 10 millones de visitantes por año, es uno de los más visitados y preferidos en USA, ahora mismo está bastante lleno de turistas. Por eso nos sorprendemos cuando apenas en la entrada al parque nos encontramos con 5 o 6 ciervos pastando cerca del camino y casi al alcance de la mano, los autos viajaban a paso de hombre para no asustarlos.

60 kilómetros tiene el camino que cruza el parque en su parte más estrecha y se llega hasta una altura de 1600 metros donde esta la frontera que divide North Carolina de Tennessee.
Nosotros disfrutamos la naturaleza y buscamos de ver algún oso, pero por supuesto no vimos ninguno , solo un par de águilas y una ardilla.
Luego de cruzar el parque llegamos a Gatlinburg, una ciudad que antiguamente había sido el punto de encuentro de los cazadores de pieles. Hoy convertida en una ciudad para turismo masivo y parque de diversiones, con un King Kong tomado de una réplica de rascacielos de New York, en tamaño 1:1, o un Titanic con iceberg incluido y monumental, todo sobre kilómetros en una calle principal. Con 27 grados y sol radiante nos parece todo muy irreal y queremos cruzarla rápido e irnos.
Nos recuperamos en un Outlet Shopping Center, que es grande como una pequeña ciudad, se llama Tanger Center y esta bien visitado. Birgit se compro un vestido o pollera y yo un saco y un pantalón, en julio estamos invitados a una fiesta de casamiento en Alemania y necesito estar lindo.
Los Estados Unidos se volvieron caro para los alemanes, no solo porque el euro perdió valor en dólares, casi 25 %, sino también porque los precios subieron.

Ayer hicimos nuestro picnic, en el estacionamiento de una cadena de farmacias, que se llaman CVS. Hoy estacionados atrás de un local que vende tacos, que nos hacia sombra al auto.
Luego queríamos ir para el sur en dirección a la ciudad Chattanooga, pero no fue así. Birgit se equivocó al darle la dirección al navegador del auto y terminamos en la ciudad de Knoxville, donde no queríamos ir, miramos un poco la ciudad y seguimos hasta cruzar el río Tennessee, que es muy ancho e imponente, luego hacemos un corto trayecto por una autopista ínter estatal, hasta que salimos a una carretera con menos tráfico. En esta zona, del brillo de las ciudades no se ve mas nada, viejas granjas, vacas, autos y ninguna persona a la vista o trabajando en los jardines. Son ya las 18:30 y no hay ningún motel a la vista, dejamos de viajar cerca del río Tennessee y nos vamos en dirección de la ciudad Athens TN. De nuevo una típica ciudad de provincia norteamericana.
Esta vez no vamos a un motel Súper 8 , sino a uno que se llama Days Inn. Birgit hablo con la mujer de la recepción del motel, que estaba un poco alterada, le contó, que su vecino se había perdido y no lo encontraban, simplemente así de a pie se fue . Con la charla nos fué dando todas las rebajas en el previo posibles. La habitación es grande y estacionamos con el auto en la puerta de la misma.
Frente a nuestra ventana en otra parte del estacionamiento, estaciono una pickup inmensa con patente de Louisiana, que llevaba como acoplado una inmensa también casa rodante. Cuando Birgit volvía de buscar hielo de una máquina, se encontró con el dueño con su bebé en brazos y el le contó en un ingles con mucho dialecto del sur, que Birgit casi no podía entenderlo, que no dormirían en la enorme casa rodante, la casa era para ir de vacaciones .
En frente de nuestro hotel hay un restaurante Applebee’s, comimos steak,ribs y tomamos cerveza como siempre.
Que día hoy! Hasta vimos un auténtico Cowboy montando a caballo. Mañana nos vamos a adentrar mas en la tierra de los Cowboys. En la TV hay un programa sobre víboras venenosas, como por ejemplo la víbora de cascabel que abunda en los alrededores de Chattanooga.
Adonde viajaremos mañana, bien no lo sabemos.

2 Kommentare zu „Grenzenlos zwischen North Carolina und Tennessee“

  1. Eh uns der balkan die gesamte aufmerksamkeit abfordert möchte ich nicht versäumen DANKE zu sagen.
    Andando sigue andando….und wir dürfen dabei sein.
    Nachdem wir die hinnigers auf dem hessischen feldberg heftigst winkend in den wilden osten verabschiedet haben,
    bereiten auch wir uns vor. Am samstag geht es los in richtung zagreb, belgrad, skopje, thessaloniki…..
    Bei dem thema „welche klamotten für 6-8 wochen passen in die minibox im bus“ seid ihr gute ratgeber im geiste
    gewesen : mit handgepäck nach usa ! Bravo !
    6-8 wochen werden wir wohl unterwegs sein wollen – aber seid euch gewiss : we are watching you !
    Keine klapperteile, dafür viele bären
    wünschen euch jutta und johannes

  2. Bueno, un poquito mas estoy entendiendo, pero mi alemán… es ist sehr langsam.
    Sehr schöne Fotos, alles ist schön
    Viele Grüsse Tschüüüssssss

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