Transsib 2018 – Peking im Sonnenschein

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Die Peking-Luftqualitätsapp steht auf grün: Beste Verhältnisse. Der Blick aus dem Fenster bestätigt: Kaiserwetter im Reich der aufgehenden Sonne! 

 

Es reichen t-shirt und Hemd für einen kleinen Spaziergang, der dann natürlich doch wieder ausartet. Heute ist uns absolut nicht nach Kultur, obwohl – das Museum… Es muss halt warten. Wir überqueren die überbreite Jianguomennei Dajie über eine anstrengende Fussgängerbrücke (an deren Fuss gestern nacht übrigens zu Radiomusik getanzt wurde) und schlendern Richtung Wangfujing, der Fussgängerstrasse im Zentrum Peking.

 

Wenn jemand gern einkaufen geht, ist er in dieser Stadt goldrichtig. In den Malls reihen sich Hermès, Gucci, Chanel, Prada und alle anderen aneinander. Hier gibt es keine Standortexklusivität: In allen Malls die ganz grossen Namen. Es ist erstaunlich wenig los in den exquisiten Boutiquen, dafür drängt sich das Volk durch die Fussgängerzone. Es gibt hier ja auch jede Menge Einzelhandel, Megastores und mehr. Von Victoria’s Secret über Zara bis apple – alle da. Dazwischen Läden mit billigen Souvenirs, teurer Seide, Kitsch und Kunst. Nur einfach herumspazieren – die Sinne haben ordentlich zu tun!

 

Auf der Suche nach einer Art Frühstück landen wir gegen zwei in der Macau-Mall und essen ein paar Jiaotze, gebratene Hühnerstückchen in guter Hoisinsauce, aber mit gefährlich kleinen Knochen, und etwas Schwein, das unter einer scharfen Sauce nur aus Haut und Fett besteht. Juan schielt Richtung Cholesterinspiegel, ich probiere es lieber gar nicht erst.

 

Wieder auf der Strasse, kommen wir am Nachtmarkt vorbei, der auch tagsüber geöffnet ist…. Als wir das letzte Mal in Peking waren, war es da so voll, dass wir überhaupt nicht in die enge Gasse hineinkamen. Heute ist zwar auch viel los, aber wir kommen gut durch. Hier gibt es alles, wovor man sich durchaus zu Tode erschrecken kann: Maden, Grillen, noch zappelnde, aufgespiesste Skorpione, Schlange – alles wird gebraten, manches vorher mariniert. Natürlich sind auch die üblichen Speisen im Angebot, aber hierher kommt, wer sein Adrenalin pushen will. Wir verzichten auf kulinarische Mutproben, gucken aber begeistert zu, wie unsere chinesischen Mitmenschen hemmungslos ins Grillenbein beissen. Nur ganz, ganz vereinzelt sieht man mal ein westliches Gesicht. Hier noch weniger. So abenteuerlich das für uns alles aussieht, so gut schmeckt es den Chinesen. Hinterher noch ein üppiges Eis, ein Bohnenküchlein oder ein Stück Nusskuchen – es wird genossen!

 

Wir machen uns langsam auf den Weg zurück in Hotel. Wieder über zehn Kilometer. Morgen probieren wir mal, wie unsere chinesische Taxi-App funktioniert und lassen uns durch die Gegend fahren! 

 

El app que nos muestra la calidad del aire de Pekín es verde: las mejores condiciones. La vista desde la ventana lo confirma: ¡El tiempo imperial en el reino del sol naciente!

Basta con ponerse una camisa y una remera para un pequeño paseo, que luego, por supuesto se transforma en uno más largo. Hoy en día no estamos en absoluto para la cultura, aunque el museo…. Tendrá que esperar!. Cruzamos la ancha Jianguomennei Dajie por un agotador puente peatonal (en una de las salidas del puente, anoche bailaban grupos con música de radio, algo muy común aquí, también en las plazas) y caminamos hacia Wangfujing, la calle peatonal en el centro de Beijing.

Si a alguien le gusta ir de compras, está en el lugar correcto en esta ciudad. En los centros comerciales, Hermès, Gucci, Chanel, Prada y todos los demás se alinean. No hay exclusividad de ubicación aquí, los grandes nombres en todos los centros comerciales. Las exquisitas boutiques están asombrosamente vacías, la gente se abre paso a través de la zona peatonal. Hay muchas tiendas minoristas, megastores y más. Desde Victoria’s Secret hasta Zara y Apple, todo el mundo aquí. En medio hay tiendas con souvenirs baratos, seda cara, kitsch y arte. Caminando por ahí – los sentidos tienen mucho trabajo!

En busca de una especie de desayuno, un desayuno accidental es imposible de conseguir, aterrizamos en el centro comercial Macao y comemos unos Jiaotze, trozos de pollo frito en buena salsa hoisin, pero con huesos peligrosamente pequeños, y un poco de cerdo, que consiste en piel y grasa bajo una salsa picante solamente. Juan está pensando en su nivel de colesterol, yo prefiero no probarlo.

Luego seguimos caminando, pasamos por el mercado nocturno, que también está abierto durante el día…… La última vez que estuvimos en Pekín había tanta gente que no pudimos entrar en el estrecho callejón. Hoy está bien visitado, pero podemos caminar por el. Aquí hay todo lo y te podes asustar hasta morir: Gusanos, grillos, escorpiones todavía retorciéndose, serpientes – todo está frito, algunas cosas marinadas de antemano. Por supuesto, también se ofrecen los platos habituales, pero este es el lugar para aquellos que quieren aumentar su adrenalina. Nos abstenemos de las pruebas culinarias con coraje, pero observamos con entusiasmo cómo nuestros semejantes chinos muerden desenfrenadamente la pierna del grillo. Sólo muy, muy ocasionalmente se ve una cara occidental y menos aquí. Tan exótico como nos parece, tan bueno le sabe a los chinos. Después se comen, un suntuoso helado, o una tarta de frijoles o un trozo de tarta de nueces – ¡se disfruta!

Vamos a volver lentamente al hotel. De nuevo hoy más de diez kilómetros. Mañana probaremos cómo funciona nuestra aplicación para pedir taxis en China y nos dejaremos conducir!

4 Kommentare zu „Transsib 2018 – Peking im Sonnenschein“

  1. Beeindruckende Bilder. Hätte mich gewundert wenn es da wo Ihr seid nicht viel zu gucken gäbe. Sehr schönes Foto von den Scorpions. Hab ich abfotografiert und werde meine Mitmenschen damit erschrecken.

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